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Comida Militar

Claramente en nuestra aventura no podía faltar qué es lo que comen los soldados en su día a día tras las trincheras, y es por eso que a continuación te dejamos un video de como es una ración de combate del ejército español.

Vídeo: Marc Balagué

Los soldados no comen siempre las raciones de combate a menos que la situación lo requiera, es decir, cuando van al conflicto o a cumplir alguna misión de ayuda humanitaria de larga distancia. Por ello cuentan también con un menú diario al que le llaman “rancho” ¿Alguna vez te has preguntado si comen lo mismo en todas partes del mundo? Aquí te dejamos algunas diferencias entre los Ranchos españoles y colombianos.

 

El día que estuvimos en el Ejército Español teníamos la posibilidad de elegir entre: guisantes con bacon o paella con carnes, cordero y puré de patatas o pescado. De postre puedes escoger entre alguna fruta, un flan o un yogurt griego y de bebida alguna gaseosa o agua.

 

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Mientras que en España pueden comer eso que les mencionamos previamente en su día a día, en Colombia la porción de un rancho consta principalmente de arroz, alguna carne y agua panela de bebida: 

Vídeo: Marc Balagué

Foto: Fray Andrés Cárdenas Mercado | Infografía: Karina Santos

En cuanto a la ración de combate de Colombia, Fray Andrés Cárdenas Mercado nos cuenta que incluye desayuno, almuerzo y cena, es decir, las tres comidas del día. El desayuno de la ración trae una papeleta de café, azúcar y pan. El almuerzo trae tamal, granos (puede ser frijol, arvejas, lentejas) y carne. Y, en cuanto a la cena, puede ser un envuelto de maíz. Cárdenas destaca que la comida que le dan en el ejército le parece excelente porque tiene buen sabor y contiene suficientes nutrientes, como una comida casera.

Cómo afecta la alimentación en el rendimiento físico y mental de un soldado

¿Has escuchado alguna vez a alguien decir que eres lo que comes? 

 

En el ejército el significado de esta frase es especialmente relevante debido a la fuerte exigencia física que tienen los soldados: tanto en los entrenamientos como en el campo de batalla. El estudio de la alimentación militar no solo busca prevenir enfermedades, también pone el foco en mejorar el rendimiento de los soldados. Tan importante es estar sano como tener una efectividad óptima en los momentos de tensión: en este punto es donde los ejércitos más poderosos marcan diferencias.

 

El objetivo en los próximos años es diseñar una indumentaria que permita monitorear el estado fisiológico y nutricional de los soldados y que estos datos sean recibidos en el campamento base. De esta forma, se podrá personalizar en qué aspectos alimenticios se puede mejorar en las distintas etapas del combate: el antes, el durante y el después. El ejército americano lleva la delantera en todos los aspectos relacionados con los avances militares, por algo es el ejército más poderoso del mundo.

 

En el Sistema Militar de Salud de EEUU se han introducido las barritas de chocolate, ricas en calcio y vitaminas, antes de acostarse debido a la gran cantidad de fracturas óseas que sufren los soldados. Hecho especialmente relevante teniendo en cuenta que más de la mitad de los que se lesionan acaban abandonando el ejército. Por otro lado, el formato de los alimentos es clave: la gran mayoría de los soldados se comen la barrita al no estar en forma de “pastilla”.

Ración de combate: un repaso histórico

En muchas ocasiones se piensa que lo más importante en una guerra son las armas, los carros de combate y la información sobre el enemigo. En parte no están equivocados. A lo largo de la historia los expertos en el campo militar se han dado cuenta que la alimentación es fundamental para el estado físico de sus combatientes.

 

En la antigüedad, la ingesta de alimentos venía marcada por “todo aquello que encontraban por el camino”, es decir, por la comida que iban encontrando por las zonas conquistadas. La vulnerabilidad de los ejércitos era abismal: la salud de sus integrantes era totalmente impredecible. Los egipcios fueron los primeros en transportar alimentos almacenados: huevos y algunos vegetales. Años más tarde, los romanos marcaron la diferencia. Cada soldado llevaba su propia ración para 2-3 días de lucha: carne salada, galletas, vino y queso conformaban su manutención. En este punto, empezaron a tener en cuenta la facilidad de transporte de la comida, la sencillez en su preparación, el coste de producción y la disponibilidad. Aspectos que siguen muy vigentes en la actualidad. 

 

Pasada la edad media, Napoleón: en su conquista de Europa, focalizó gran parte de sus esfuerzos en desarrollar un sistema de alimentación oportuno. Se introdujeron procesos de esterilización, latas de acero y alimentos deshidratados. Durante la I guerra mundial se suministraron raciones especiales de trinchera ante la imposibilidad de que los cocineros pudieran llegar al frente. También fueron de una importancia mayúscula las raciones de reserva que eran usadas sólo en casos de emergencia. Ya en los confines de la II guerra mundial, los menús variados empezaron a cobrar relevancia. Aunque en ese entonces los menús eran muy pobres en nutrientes, el tiempo y la experiencia les acabó dando la razón. Fueron responsables -en gran parte- de que los soldados actuales puedan disfrutar de unos espaguetis calientes o de unas “albóndigas de la abuela”. 

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